Sandía Bagnacavallo (Citrullus lanatus)

Sandía de Bagnacavallo (Citrullus lanatus): antiguo ecotipo tradicional que se pensaba desaparecido hasta hace diez años, cuando el Sr. Mingozzi de la empresa biológica "La Radisa" logró, gracias a la investigación y conocimiento en el mundo de los genetistas, encontrar las semillas; sin embargo no en el territorio, sino en Canadá, con una familia de migrantes que la llevaron con ellos continuando su cultivo en el extranjero. También llamada Sandía de Romaña, o Ardita, se ha recuperado gracias a la paciencia, la investigación y sobretodo, pasión.  Los frutos son de tamaño mediano-grande, superan los 10 kg.  Un rasgo distintivo es su color, verde oscuro sobre fondo claro, a diferencia de las sandías comunes en el mercado. La maduración es tardía (dadas también las dimensiones), no siempre uniforme (como sucede a menudo en las variedades antiguas), la producción es buena.  Ecotipo para salvar.